Dedicar tiempo a relajarse y respirar en un mundo acelerado puede ser a veces una de las tareas más difíciles a las que uno se enfrenta. Practicar yoga nos ayuda a escapar de nuestra ajetreada vida diaria y nos proporciona no solo aspectos físicos sino también mentales y emocionales, además de eliminar la energía y los sentimientos negativos. El alivio del estrés, la relajación y la promoción de acciones positivas son algunos de los principios clave del yoga y nos impulsan de forma segura a liberar tensiones y sentimientos hostiles. Hablaremos sobre cómo determinadas posturas de yoga ayudan a lograr la calma tanto de la mente como del cuerpo.
Abrazando la quietud con la postura del niño (Balasana)
La postura del niño es una de las primeras asanas básicas que ayuda a los principiantes a comprender la esencia misma del desapego. Esta postura se trata de desapego y confianza en uno mismo sin aferrarse a ninguna tensión en el cuerpo o la mente. Para la postura del niño, comience a gatas y luego siéntese sobre los talones, pero extienda los brazos frente a usted o manténgalos a los costados del cuerpo. Baje la frente hacia la colchoneta y relaje los hombros mientras respira. Esto permite que el sistema nervioso se calme, disminuye las cargas y ayuda a estirar suavemente la espalda y las caderas. Es una manera maravillosa de centrarse y encontrar la paz en medio del caos.
Conectarse con el presente con la postura de la montaña (Tadasana)
Aunque parezca una postura sencilla, practicar la postura de la montaña es fiel a su definición, ya que es muy centradora y anclada en la tierra. Esto ayuda a crear una sensación interna de ecuanimidad, ya que uno se siente arraigado y estable a través de esta conexión con el cuerpo físico y el suelo. Imagina que estás de pie, con los pies separados a la altura de las caderas y las manos apoyadas a los costados. Siente cómo tu peso presiona tus pies e intenta distribuirlo de manera uniforme. Contrae el abdomen, estira la espalda y levanta el pecho mientras mantienes los hombros bajos. La postura de la montaña facilita la conciencia de uno mismo, por lo tanto, se alivia la distracción y se alcanza la claridad fácilmente.
Liberación de tensión con flexión hacia adelante (Uttanasana)
Uttanasana es una asana útil para liberarse del estrés y la tensión y relajar la mente. Al doblar la cintura y dejar que el pecho baje, esta postura estira los isquiotibiales de manera efectiva y ayuda al cuerpo a relajarse. Póngase de pie con los pies separados a la altura de la cadera y, mientras exhala, inclínese hacia adelante desde las caderas. Deje caer los brazos o agarre los codos opuestos y relaje completamente la cabeza y el cuello. Mientras hace la postura, concéntrese en la longitud de las vértebras y en la absorción de cualquier tensión que tenga que expandir. Esta postura promueve la calma del sistema nervioso, así como el alivio de la ansiedad y los sentimientos que están cargados de resistencia.
Cultivando la serenidad con la postura del árbol (Vrksasana)
La postura del árbol desafía el equilibrio, la estabilidad y la concentración. Es una postura muy buena para lograr la paz interior y la firmeza. Primero, colóquese en la postura de la montaña. Luego, levante un pie y equilibre su peso sobre la otra pierna. Levante el pie sobre el que no está de pie y presiónelo contra la parte interna del muslo o por encima de la pantorrilla, nunca contra la rodilla. Unir las manos a la altura del corazón o llevar los brazos por encima de la cabeza como si fueran ramas de un árbol puede ser el siguiente paso. Para este mismo propósito se utiliza un "drishti" o punto focal y, mientras se realiza, uno debe poder mantener la respiración tranquila. La postura del árbol no solo es útil para fortalecer las piernas y el centro del cuerpo, sino que también hace que el cerebro se vuelva más claro y estable. Actúa como un ancla para el yo; no importa lo que suceda, la persona debe mantenerse en equilibrio.
Abrazando la relajación con la postura del cadáver (Savasana)
Savasana, o la postura del cadáver, es probablemente la postura más necesaria en yoga que todas las demás posturas juntas al iniciar una sesión de yoga. Esta postura permite que el cuerpo y la mente se relajen, recuperando los beneficios de las posturas anteriores. Las piernas se estiran y se colocan planas sobre el suelo; los brazos se estiran a lo largo del torso con las palmas hacia arriba. Coloque lentamente el cuerpo en una posición cómoda, cierre los ojos y concéntrese en su respiración mientras relaja todos los músculos. Savasana invita a un cierto grado de concentración sin la tensión y el estrés habituales, lo que permite que cualquier tensión restante se disipe. Es la forma de entregarse por completo y encontrar aún más paz.
Conclusión
El principio también debe coincidir con el final. Es posible que una rutina que consista en las posturas de yoga que se ven arriba ayude mucho a lograr y mantener la paz interior. Existen diferentes niveles de desapego en el yoga y no solo se relaciona con las posturas, sino con una mentalidad de estar en el momento. Con la práctica, existe una previsibilidad razonable de que podrá afrontar los cambios de la vida sin esfuerzo y manejar el estrés con calma. Puede disfrutar de estas posturas tanto si es principiante como si tiene más experiencia en yoga, ya que están enfocadas a lograr un estado de ser más pacífico y arraigado.
Índice del contenido
- Abrazando la quietud con la postura del niño (Balasana)
- Conectarse con el presente con la postura de la montaña (Tadasana)
- Liberación de tensión con flexión hacia adelante (Uttanasana)
- Cultivando la serenidad con la postura del árbol (Vrksasana)
- Abrazando la relajación con la postura del cadáver (Savasana)
- Conclusión